Stones Throw Records

Género: Hip Hop, R&B. País: Estados Unidos. Tipo: Independiente. |
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Influyente sello creado por un amante de la buena música llamado Peanut Butter Wolf, alguien que prácticamente desde su infancia parecía seguir el camino más indicado para llegar a ser algún día el creador de un sello. Nacido en San Jose, con el nombre de Chris Manak, descubrió su amor por la música negra al escuchar What’s goin on, de Marvin Gaye, un tema que emitieron en televisión justo antes de un programa de dibujos que solía ver. A finales de los 70 ya compraba vinilos, posiblemente por ese temprano descubrimiento, o porque su profesor de secundaria les ponía temas de música disco todos los viernes. El caso es que a los 6 años le regalaron su primer vinilo.
A partir de entonces, como si de un ritual se tratase, cada fin de semana iba a la tienda de discos más cercana y se compraba 45s (vinilos de 7 pulgadas), lo único que podía permitirse. Sólo en vacaciones se compraba un 12 pulgadas o un álbum. Pronto, eso sí, empezó a dejar de comer en el colegio para ahorrarse el precio de la comida y poder permitirse más vinilos: eso es amor por la música. 1979 fue el año en el que descubrió el hip hop, nada menos que de la mano del sello Sugarhill Records (el del éxito Rapper’s delight). Posteriormente se interesaba por otros sellos, como Tommy Boy Records, Sunnyview Records, Beauty & The Beat Records, Vintertainment o Def Jam Recordings. Fue entonces cuando empezó a grabar sus primeras sesiones, que prestaba o vendía a sus compañeros del colegio, e incluso se hizo con su primera caja de ritmos, creando demos con un grupo llamado The Slobs.
1986 fue el año en el que empezó a considerar la posibilidad de crear un sello cuando fuese mayor (escribió incluso una redacción sobre eso para el colegio). En 1989 editó su primera referencia, You Can't Swing This, con Lyrical Prophecy, en el sello PMR Records, que dirigía Kim Collet. Esta no fue sólo su primera experiencia como productor, sino que le puso en contacto con la parte industrial de la música, si es que se puede llamar así al procedimiento que siguieron: su padre tuvo que poner 500 dólares par poder editar el vinilo, lo que convirtió a Peanut Butter Wolf en copropietario del sello.
Sólo sacaron 500 copias, sin ni siquiera masterizarlas, copiando y pegando el diseño. Las copias las distribuyeron entre amigos, radios locales y las vendieron entre las tiendas de discos locales, pero aún así se quedaron con más de la mitad. Pero no importaba porque eran héroes: alguien en San Jose había editado un vinilo de hip hop. Ese mismo año conoció al MC Charles Hicks, alias Charizma, con el que formó un excelente equipo productor-MC, creando una serie de temas que interesaron al sello Hollywood Basics (propiedad de Walt Disney Records). No obstante, la relación no fue muy buena, porque no tuvieron libertad artística y los responsables no eran precisamente expertos en hip hop. Rescindieron el contrato.
En Diciembre de 1993, Charizma es asesinado, lo que le aleja temporalmente de la música: había perdido a su pareja profesional y a su mejor amigo. No obstante, posiblemente esa tragedia propició que creara su propio sello. Como quería que la música que ambos habían producido se conociera, mandó demos a varios sellos, pero ninguno parecía muy interesado. Además, tras haber editado varios EPs y hasta un álbum en solitario en diversos sellos, se dio cuenta de que le gustaba tanto producir los temas como promocionarlos. Por eso, en 1996, sacó a la venta My World Premier, de Charizma & Peanut Butter Wolf, la primera referencia de Stones Throw Records. Finalmente había cumplido sus sueños: crear un sello y dar a conocer la música del fallecido MC. El sello, por cierto, se llama así porque era lo que solía decir su madre al escuchar los chistes que Charizma y él contaban sobre madres.
Por eso se comprende que sea una aventura personal de un amante de la música más que un negocio. Además, su filosofía está muy clara: sólo edita aquello que le gusta, independientemente de las posibilidades comerciales que tenga. Él mismo asegura que si ganar dinero fuese su única motivación ya sería rico, pero que prefiere mantener la fórmula que se ha revelado como válida hasta el momento.
Pero eso no es lo único que lo convierte en un sello especial. Para empezar, decide con los artistas cuanto dinero invierte en promocionarlos, algo lógico teniendo en cuenta que luego comparten los beneficios, y una medida comprensible dado que él mismo fue un artista que se relacionaba con otros sellos años antes. También tiene en cuenta su faceta de DJ, porque edita versiones en vinilo de todas sus referencias y también versiones instrumentales, porque cree que los DJs deben poder pinchar sólo con vinilos si lo desean. Por último, recordando sus inicios, ha vuelto a editar 45s, aunque eso suponga vender sólo 1000 unidades por cada título.
Desde su nacimiento en 1996, el sello ha editado producciones de grupos y artistas como Homeless Derilex, Madlib (y todo su arsenal de alias: Quasimoto, Lootpack, Beat Konducta, Yesterdays New Quintet…), Breakestra, Jaylib, Madvillian, Aloe Blacc, Med, Georgia Anne Muldrow, Dudley Perkins o J Dilla, además de diversos recopilatorios firmados por Peanut Butter Wolf, del VHS Da packumentary, de Lootpack y del DVD Stones Throw 101.
Además del sello principal, mantiene un subsello, Now Again Records, dedicado al funk, tanto a las nuevas composiciones como a la reedición de clásicos. Todo empezó con la salida del sencillo Sexy popcorn pot/Remember who you are, de Breakestra: Peanut Butter Wolf vio que mucha gente se interesaba por esa edición, cuando nunca antes se habían fijado en las referencias de Stones Throw Records. Su actividad comenzó en el 2001, con una serie de vinilos de 7 y 12 pulgadas, de Connie Price and The Keystones, para posteriormente reeditar a Soul Seven, Amnesty And Diplomatics y L.A. Carnival.
Nota: en la web del sello, el propio Peanut Butter Wolf cuenta su historia y la del sello, en el texto más interesante y mejor escrito que he leído de un músico. Es más, prácticamente me he limitado a traducir los pasajes más interesantes para escribir yo este artículo, así que el mérito es todo suyo.