Ricky-Tick Records

Sello de Helsinki creado por Antti Eerikäinen en el 2003. Su objetivo es editar el mejor jazz, concentrándose en “soul, jazz y música latina para las pistas”. La especificación de “para las pistas” es la clave del sello, pues consiguió interesar a los amantes del jazz (y de la música negra en general) tanto como a los pinchadiscos, porque sus ediciones, salvo contadas excepciones, son válidas en los clubs y en los reproductores domésticos. Pero lo más destacado es que, desde el comienzo de su actividad, fue el principal responsable del boom del nu-jazz escandinavo, de la aparición de una serie de artistas y grupos finlandeses que compartían un mutuo interés: integrar sus influencias jazzísticas (el post-bop, hard-bop y soul-jazz de los 50 y 60) con su amor por la música de club.

La propuesta tipo del sello es un conjunto formado por músicos de jazz, con uno de ellos ejerciendo de productor, incorporando o no elementos electrónicos, pero preocupándose invariablemente por acercar los temas a las exigencias de las pistas de baile. Pero bueno, no hace falta teorizar, porque la propuesta tipo tiene nombre: The Five Corners Quintet. Este quinteto finlandés, liderado por el talentoso productor y compositor Tuomas Kallio, es el que más prestigio internacional reportó a Ricky-Tick Records, ya desde sus primeros EPS del 2003 y 2004, los que precedieron a su excelente álbum debut, Chasin’ The Jazz Gone By, uno de los discos esenciales del 2005, y me refiero a en términos absolutos, no sólo en lo que respecta al jazz.

Las referencias de The Five Corners Quintet fueron tan admiradas e influyentes a escala internacional que, en algún momento entre el 2005 y el 2006, Ricky-Tick Records había sustituido a Jazzland Recordings como principal referente para los interesados en el nu-jazz escandinavo, y eso que el sello del noruego Bugge Wesseltoft ya gozaba de un estatus prácticamente histórico.

Si hasta el 2005 la compañía finlandesa era conocida, casi exclusivamente, por los logros de The Five Corners Quintet, a partir del 2006 acogió las obras de numerosas propuestas similares, algunas de ellas firmadas por miembros de The Five Corners Quintet. Así fue como se aseguró que la fenomenal acogida por parte de la escena jazzística internacional tenía continuidad, cosa que logró. Tras Chasin’ The Jazz Gone By, Ricky-Tick Records presentó obras muy interesantes de grupos y artistas tan recomendables como Jukka Eskola, Timo Lassy, Dalindèo, Auteur JazzLTC, The Stance Brothers o Kerkko Koskinen. Hasta impulsó su propia big band, Ricky-Tick Big Band, que debutó con el recomendable Ricky-Tick Big Band (2010).

Además, publicó dos entregas de la saga de compilaciones On The Spot, con la que recupera el jazz nórdico de los 60. Finalmente, a mediados del 2009 presentó su primer recopilatorio de artistas de la casa, Jazz Heat Bongo Beat!.

Tristemente, la actividad del sello concluyó en el 2011, así que solo fueron ocho años de buen jazz. ¡Pero qué ocho años!

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