

Entrevistamos al director del Heineken Jazzaldia, una de las personas que más han trabajado por la buena salud de los conciertos de jazz en España. |
Miguel Martín es el director del festival de jazz más importante de los que se celebran en España, el Heineken Jazzaldia. Eso le convierte en una de las figuras esenciales del jazz en España, uno de sus principales impulsores. Además, es un gran aficionado del jazz y, de manera más amplia, un melómano que, en sus propias palabras, escucha “toneladas de material discográfico”.
En la que fue mi cuarta visita al festival, en el 43 Heineken Jazzaldia 2008, me decidí finalmente a pedir una entrevista con él y fue una gran alegría que el departamento de prensa se pusiera en contacto con él y me concediera varios minutos de su atención. Por supuesto, dado que realicé la entrevista durante uno de los días del festival, el Sábado 26 de Julio, no disponía de mucho tiempo, pues en ese momento era uno de los hombres más ocupados de la faz de la tierra, pero respondió a las preguntas que le hice a lo largo de doce minutos. Fue en su despacho y sirvió para comprender parte de la filosofía del festival y, también, para conocer al Miguel Martín aficionado.
Lo primero que quiero saber es cómo surgió la idea de programar una noche blanca (la noche del sábado 26 al domingo 27 hubo actividades hasta altas horas de la madrugada, una noche que la organización denominó Gaubira).
Miguel Martín: Sí, pues no contando con la Plaza de la Trinidad, pues nos metimos en una dinámica de innovación, a ver qué hacemos. El Festival tiende a prolongarse por la noche, de modo que no había demasiado esfuerzo que hacer a la hora de decir que la programación se mantiene durante toda la noche. Lo que sí entendimos que, para que fuese coherente con lo que es una programación de este tipo, había que hacer, pues era meter algunas actividades de otras disciplinas artísticas. Dentro de la música yo creo que está bastante claro que incorporamos todo tipo de música, además de un núcleo bastante importante de jazz, la idea era aprovechar esa noche para meter otras disciplinas artísticas. Al final lo que hemos hecho es una noche larga, más que una noche blanca. En ningún modo pretendía ser una noche blanca al nivel de las que suceden en otras ciudades, como Madrid o París, sino una noche que nos permitía permanecer en vigilia durante toda la noche. No sé, probando nuevas iniciativas, presentando la música de otra manera, por ejemplo, con el tema del “Open mike”, que, ahora que te lo cuento, pues me acuerdo que lo tenemos y que tengo que ponerme a ello. Pero, en definitiva, es un poco continuar por una de las vías que nos ofrece el festival.
Has mencionado que, estilísticamente, el festival es mucho más que jazz. A partir de qué momento decidisteis que la programación no debía limitarse al jazz.
Miguel Martín: Yo creo que la cosa tiene que ver con el Escenario Verde. El año en el que se incluye en la programación, en esa ocasión pasamos a ampliar la programación, a hacerlo de forma decidida y clara. Desde que tengo uso de razón, y tengo uso de razón antes que tú, simplemente por cuestiones biológicas, porque nací antes que tú, siempre se ha hablado de lo que cabe y de qué es lo que no cabe en un Festival de Jazz, y siempre se ha hablado de si Montreux había dejado o no de ser un festival de jazz. A mí me llama la atención cuando, con estas peloteras que tenemos en Europa, miras en lo que hay en Estados Unidos, y el Festival de Nueva Orleans programa lo de que le da la puñetera gana, y nadie cuestiona que se trata de un festival de jazz. Lo tienen clarísimo: es un festival de jazz y, además, de otras propuestas musicales.
La verdad es que, como te digo, en Estados Unidos eso les preocupa menos. Nosotros, creo que fue en el 2001, cuando pusimos en marcha el Escenario Verde, creímos que era la ocasión de lanzarnos a la aventura de programar otra serie de conciertos, sin más duda, programar esa música que, más que coherente, nos pareciese respetable. Porque yo debo reconocer que queriendo presentar las propuestas de fuera del jazz como coherentes con el jazz, a veces no quedo creíble. Así que dijimos, vamos a dejarnos de historias. Lo que queremos presentar es una serie de propuestas musicales que sean respetables desde el punto de vista jazzístico, aunque no se parezcan en nada, pero queremos darle ota dimensión. Por supuesto, apostamos por una programación jazzística de altura, y de nivel, y además en cantidad, que además de todo eso tengamos una programación de otros tipos de música.
Además de la noche blanca para este año, yo imagino que para cada edición os propondréis algún reto, o consolidar alguna propuesta. ¿Ha sido el caso en esta edición?
Miguel Martín: Había tantas que consolidar, pero no, ninguna, porque yo creo que hay muchas novedades edición a edición que luego desaparecen. Por ejemplo, estoy mirando la edición del 2007, y veo una foto del concierto en el Peine Del Viento, y no, yo creo que no hay ninguna consolidación importante, porque nosotros somos de hacer pequeñas propuestas diferentes año a año para darle una cierta novedad, un carácter exclusivo a cada edición.
Dado que el festival tiene cada vez más importancia, y que cada vez tiene más atracción internacional, creo que eso os obliga a programar figuras ampliamente conocidas, independientemente de que también figuren propuestas poco o nada conocidas. ¿Sentís esa presión a la hora de confeccionar la programación?
Miguel Martín: Sí, efectivamente, si quieres llegar a un público general, tienes que tener una serie de nombres que sean conocidos por el público en general. Yo suelo decir, cuando me preguntan, bueno, el festival está muy consolidado. No, el festival vive su primera edición año a año. Podemos tener más experiencia, se acumula, espero, algo más de saber, pero el festival cada año sale a la calle a demostrar todo, desde cero. Para empezar, porque estamos en una ciudad en la que, para el número de habitantes, tenemos mucha actividad, y segundo porque es sano, el pensar que nada está demostrado y que hay que partir de cero en cada edición. Por tanto, efectivamente, nosotros lo que queremos es cubrir muchos frentes, y queremos tener jazz, y tener jazz con nombres conocidos, y tener jazz con nombres nuevos, y tener otras músicas, porque entendemos que, efectivamente, hay que contentar a un abanico de público grande, y es importante tener todo ese tipo de ofertas que puedan satisfacer a unos y a otros.
Tras la finalización de esta edición, está prevista una rueda de prensa en la que hablarás de las conclusiones. Sin embargo, yo me iré temprano de San Sebastián y no podré acudir. ¿Podrías, por favor, adelantarme parte de lo que dirás en esa rueda de prensa?
Miguel Martín: Bueno, la rueda de prensa, a estas alturas, yo te puedo decir que, seguramente, mencionará los incidentes meteorológicos. Llovió un poco ayer al comienzo del concierto de Mungolian Jet Set, y el viento del martes, que nos hizo suspender tres conciertos. Hablaremos de que todos los conciertos se han llenado. De momento, se han llenado todos, con la excepción de Paolo Conte, que se quedaron 100 entradas sin vender, y de Anthony Braxton, que estaba la sala, bueno, algo más de media sala. Era tarde, la propuestas de Braxton es muy potente, muy intensa, y es comprensible. Eso qué quiere decir, pues que, en asistencia, estamos muy satisfechos. Y luego están los resultados artísticos, y yo citaré una serie de conciertos que están siendo excepcionales. Yo tendría que incluir a Keith Jarret, a David Murray, a Paolo Conte, a Dianne Reeves, a Ahmad Jamal, a Steve Coleman y, curiosamente, y digo curiosamente porque es una producción nuestra, pero la verdad es que estamos muy satisfechos, el Bertsoa & Jazza. Se hizo ayer (el Viernes 25 de Julio del 2008 ) en el Teatro Victoria Eugenia, y todo son alabanzas, tanto del mundo del euskera como del mundo del jazz, y en ese contexto, pues chico, estamos muy contentos.
Dos últimas preguntas, pero para el Miguel Martín amante de la música, no el director del festival. Dime un disco de toda la vida, que puedes ampliar a dos si te resulta más sencillo.
Miguel Martín: Te voy a ampliar a tres, mira tú. Yo, ha llegado un momento en el que oigo toneladas de material discográfico. Sigo en esencia siendo un aficionado al jazz pero mis circunstancias son un poco diferentes de las del aficionado normal. Pero yo te voy a decir tres discos que han marcado no toda mi vida musical, pero una parte importante. Uno es Live at the Village vanguard, de John Coltrane, otro fue Kind Of Blue, de Miles Davis, y el tercero, curiosamente, digo curiosamente porque no es un disco que figure en las antologías, pero a mí me pareció potentísimo, me parecío muy bueno, y durante muchísimo tiempo era mi disco, era un disco de Keith Jarret que se llama Nude Ants, hormigas desnudas, disco doble en directo en el Village Vanguard, que me pareció fabuloso. Luego ya dejé de tener disco de cabecera y fui oyendo todo lo que se me pasó por delante. Yo te citaría esos tres.
Y la pregunta final: un descubrimiento reciente.
Miguel Martín: Para hacerme publicidad, yo diría que Musica Nuda, me parece un gran disco, pero yo en este momento sigo enganchado con dos personalidades, con tres, que me siguen pareciendo el jazz de hoy y del futuro. No son descubrimientos recientes pero me parece que es que tienen todavía tanto que ofrecer. Son Dave Douglas, Steve Coleman y Uri Caine. Yo sigo con esos y hombre, sí hay descubrimientos menores, en cantidades, pero todavía esos están muy por encima de los demás.