

Artista clave de la música negra en España, responsable de proyectos como Funxplosion, The Sweet Vandals y de la singular discografía que firmó con su nombre artístico. Acudimos a Madrid para una de las entrevistas más interesantes que hemos tenido la oportunidad de hacer. | Comprar![]() Escuchar ![]() |
Jesús Trujillo, más conocido como Carlo Coupé, es uno de los productores más talentosos de la escena negra. Esta afirmación no es nada aventurada, es la conclusión a la que llegaría cualquier amante de la buena música que escuchase sus álbumes. Comenzó con proyectos menos ambiciosos, como los que editó en su etapa en Subterfuge Records, para el subsello Música Para Un Guateque Sideral, álbumes que, no obstante, con el tiempo se han revelado como ediciones de gran interés y, desde luego, tremendamente personales.
Mis balas llevan tu nombre, por ejemplo, una falsa banda sonora que despistó a más de uno, es ahora un disco de culto. Posteriormente creó su propio sello, Funkorama Records, con el que inició un nuevo proyecto, Funxplosion, uno de los pioneros del deep-funk en España. Ese fue el estilo que siguió desarrollando con The Sweet Vandals, el grupo que, con su incansable trabajo de promoción y, sobre todo, con su excelente producción, encumbró al olimpo de la música negra internacional. Ya no hay amante del funk y, por extensión, del sonido negro más retro, que no haya disfrutado con alguno de los temas incluidos en el primer trabajo de esta formación, The Sweet Vandals, uno de los álbumes clave del 2007.
Pues bien, con admiración por esta excelente trayectoria, decido que ha llegado el momento de entrevistar a esta figura esencial para entender la evolución de la música negra en España, aunque esa definición se le queda pequeña, porque si por algo se ha caracterizado su trabajo más reciente es por su internacionalización, por la entusiasta acogida de prestigiosos pinchadiscos y directores, incluyendo la aparición de The Sweet Vandals en el sello germano Unique Records y la participación de la banda en importantes festivales de diversos países.
Sin embargo, la entrevista se produce, y esas es una de las razones que me impulsan a hacerla, en un momento un tanto complicado para Jesús Trujillo, meses después de que deje de formar parte de The Sweet Vandals. Ahora bien, ni él ni yo tenemos ninguna intención de polemizar sobre esta situación, porque preferimos centrarnos en su trayectoria e interesarnos por su particular estilo de producción, el mismo con el que consigue su personal sonido que a tantos ha seducido.
En cualquier caso, la experiencia nos dice que cada vez que finaliza un proyecto se embarca en otro que supera a los anteriores en personalidad y, a la postre, en éxito. De hecho, días antes de la entrevista, nos adelanta dos temas que formarán parte del disco que está produciendo para el vocalista Glenn Anthony Henry, alias Aqeel. No es que sea muy válido formarse un juicio habiendo escuchado sólo dos cortes, pero me quedé fascinando con el nuevo sonido de Carlo Coupé, especialmente con uno de los temas en los que desarrolla su faceta más soul. Es uno de los discos más esperados para el 2008.
No más introducciones: vamos directamente con la entrevista que nos concedió en Madrid, el pasado 23 de Julio, en la que nos desvela su visión de la producción, de la escena musical en general y de otras otras muchas cuestiones que iréis descubriendo. Os dejamos con esta entrevista que os recomiendo encarecidamente.
Por cierto, suenan muy bien los dos temas.
Carlo Coupé: Ah, ¿te ha molado?
Sobre todo el que dices que te gusta más.
Carlo Coupé: Sí, Relax and Love.
Suena muy… ¿esa es la mezcla definitiva?
Carlo Coupé: Sí, esa es la mezcla definitiva. Falta la masterización en los Estudios Skyline de Düsseldorf, en Alemania. Lo hará Kai Blankenberg, el técnico que masterizó el disco de The Sweet Vandals.
¿También has grabado con cintas analógicas como con el álbum de The Sweet Vandals?
Carlo Coupé: Sí, sí, sí, todo con mi equipo, como habitualmente. No, es exactamente el mismo equipo, pero sí, son micrófonos antiguos. Luego he utilizado también cinta magnetofónica tanto para hacer la grabación por pistas como para hacer la mezcla. Y todos los procesadores que he utilizado después (compresor, ecualizador...) son antiguos. Yo soy muy defensor de toda la cacharrería antigua porque me gusta mucho más cómo suena. Aunque sólo por grabar en cinta las cosas no tienen que sonar mejor. La mayoría de los discos de primeros de los ochenta de los grupos españoles, por ejemplo, están grabados en cinta y suenan horriblemente mal. La cinta, de por sí, no es un síntoma de buen sonido. Pero sabiéndola utilizar, obviamente, suena mejor y utilizando la microfonía adecuada y colocándola donde hay que colocarla, pues, sacas un sonido más bonito siempre.
¿Todo eso de dónde lo has aprendido, a base de...?
Carlo Coupé: De leer mucho, y de conversar mucho con amigos productores mucho mayores que yo, con amigos técnicos también, y de probar. Muchas veces, a la hora de ponerte a producir, lo mejor es probar el micro cómo suena aquí, cómo suena allá. Si así, de esa manera, suena mejor, ya lo tienes. Esto es siempre un poco experimental. Dependiendo, además, del sitio donde grabes, el resultado acústico es más o menos diferente y tienes que probar distintas fórmulas. (Verificamos que la grabadora está grabando bien). Qué chula la grabadora. Algunas cosas digitales tienen también su lado positivo.
Sí, es que la necesito para poder pasarlo al ordenador.
Carlo Coupé: Antiguamente la grabadora de cassette…
¿Las cintas estas no se siguen fabricando, no?
Carlo Coupé: Sí, ahora mismo hay un par de fabricantes nada más, antes había muchísimos. Pero ahora mismo, quedan Quantegy, la antigua Ampex, y RMG International, que creo que es Basf-Emtec. Lo que pasa es que ambas marcas tienen una producción mucho menor y las cintas son cada vez más caras. Una cinta de 2”, por ejemplo, cuesta 200 y pico euros. Y, a 15 de velocidad, son sólo treinta y tantos minutos.
Qué barbaridad.
Carlo Coupé: Claro.
Cómo para hacer dos discos.
Carlo Coupé: Lo digital es más barato y más cómodo. Casi todo el mundo tiene un Protools pirateado. Y se bajan los pluggins piratas también, y, claro, ya tienes una especie de estudio en casa...
Por nada…
Carlo Coupé: Por nada… Así suenan las cosas después. Luego te compras cuatro micros de estos modernos horribles, fabricados en China, con unos súper-agudos horrorosos de los que es imposible sacar un brillo decente. Ese agudo chirriante... Como suenan todos los discos hoy. Han conseguido que hasta en los estudios que graban con microfonía de lujo (Neumann, Gefell, Brauner...) los discos suenen mal.
¿Y las cintas se venden aquí en España, hay algún sitio donde...?
Carlo Coupé: Sí, bueno… Hay vendedores, distribuidores pero a muy pequeña escala y muchas veces, sale más barato comprarlas fuera. Yo las suelo comprar en Alemania…
¿Sabes de algún otro productor o estudio que suela grabar así?
Carlo Coupé: Bueno… Hay muchos estudios que tienen equipo vintage: está por ejemplo el de Jorge Explosión, en Gijón, Circo Perrotti, que tiene un equipazo, la verdad. Suele producir más garaje que otra cosa... Y luego, pues aquí, en Madrid, por poner un solo ejemplo, están los Estudios Brasil. Lo vintage se ha puesto muy de moda ahora. En casi todos los estudios están comprando equipo antiguo. Todos graban en Protools, o en cinta sólo para los caprichosos, pero utilizan compresores Altec Lansing, ecualizadores Pultec, previos Ampex, Telefunken o Siemens de válvulas…
¿Pero crees que es simplemente una moda o que aprecian que suena mejor?
Carlo Coupé: Se han dado cuenta de que verdaderamente suena mejor. Yo creo que es eso... Ten en cuenta que a principios de los ochenta, casi todos los buenos estudios de España tenían un equipo increíble que malvendieron por dos duros porque nadie sabía su auténtico valor. Yo conozco a gente que ha comprado un Hammond B3 por 200.000 pesetas en perfecto estado. Lo llevaban las orquestas en su época. Y claro, de cargar ciento setenta y tantos kilos del B3 a cargar un Yamaha DX7 o cualquier Korg o Roland de la época que pesaba 12 kilos, pues eso… Algunos tienen que tener depresiones porque malvendieron todo ese equipo, que además ahora se ha revalorizado. Las cosas de Telefunken o Siemens de válvulas no se pueden comprar de lo caras que son. Mucha gente se deshizo de las válvulas cuando salieron los transistores y cuando salió lo digital tiraron lo analógico...
Hay que guardarlo todo.
Carlo Coupé: Sí, el problema es el sitio muchas veces para guardar tantas cosas… Pero sí…
Sí, es que un Hammond B3…Bueno, si quieres volvemos ahora al principio de tu vida musical.
Carlo Coupé: Muy bien.
¿Cuál es tu primer recuerdo asociado a la música que tienes de la infancia? Aunque sea porque estabas jugando a algo y sonó una música y dijiste: ¿anda, y esto?
Carlo Coupé: No recuerdo, no tengo un recuerdo, así, claro. Siempre he estado vinculado con la música, pero no porque en mi familia hubiera algún músico ni nada parecido, sino porque en mi casa sí se oía mucha música. De todo tipo además. Mucha música clásica, que también ha sido muy importante en mi formación. Y… Bueno, sí, quizás, el primer disco de soul que cayó en mis manos, fue de Otis Redding, una recopilación en vinilo muy hecha polvo, y tal... Sería, pues, cuando yo tenía alrededor de catorce años, o por ahí. Hace ya mucho tiempo... Y a partir de entonces me quedé muy prendado. Hice tentativas de grupos en mi adolescencia… Y, por otra parte, estuve muy vinculado al movimiento mod. Y, claro, ahí, la música negra es fundamental. Y creo que también me ha marcado mucho la cultura mod para que tenga una gran obsesión por el estilo. Siempre la he tenido... Me considero un estilista. Y entonces, claro, ese tipo de sonido, ese tipo de producción, el tipo de música que hago -aunque mis discos no siguen una línea, sino que voy un poco zigzagueando- muestran esa preocupación por el estilo. Y luego, en discos de estilo parecido (el pop/lounge/easy-listening, etc.), pasé de la electrónica de Penélope y Carlo (que utilicé por razones presupuestarios y porque no disponía de banda) a Estéreo espectacular, con muchísimos más elementos acústicos. Después, en la especie de banda sonora titulada Mis balas llevan tu nombre, ya había una inclinación clara por el funk, que se reafirmó en Funxplosion, el primer disco de deep funk que se editó en España. The Sweet Vandals, por último, es un concepto más crudo y primitivo. Pero, siempre, en todo ese recorrido, hay una preocupación por el estilo. Yo no soy un músico que quiera copiar lo que se hacía en el pasado pero sí es verdad que siempre, cuando me planteo escribir un disco, tengo algunos otros discos antiguos en la cabeza. Siempre. No soy el único que cuando compone una canción lo hace pensando en una canción ajena. Las influencias y la cultura que uno tiene no se las puede quitar de encima. La época del cocktail y del lounge, la época de Subterfuge Records, fue muy divertida al principio. Aunque después me aburriría de hacer lo mismo, pero sí, me acuerdo de fiestas gloriosas en las que se abrían las puertas de mi casa prácticamente para todo el mundo, incluso a gente muy estúpida. En aquellas fiestas se ponía música de compositores italianos y españoles de cine de los 60 y 70, también soul, funk, Brazil, librerías… Y luego, cuando dejé Subterfuge Records por decisión propia, quise montar Funkorama Records. Empecé a trabajar con Héctor del Barrio y Gonzalo Maestre, el guitarrista y el batería que venían de la formación original desde los tiempos de Penélope y Carlo. Son dos tipos maravillosos, además de unos músicos increíbles. Así surgió Funxplosion (siempre hubo bajistas yendo y viniendo, porque no he tenido claro qué tipo de bajista me gustaba. Mejor, sí he tenido claro qué tipo de bajista me gustaba, pero no lo encontraba hasta que encontré a Santi, de The Sweet Vandals, que es mi bajista favorito, y de hecho sigo trabajando con él). Montamos el proyecto de Funxplosion, que como sabes es de música instrumental. Hicimos un disco que yo creo que salió muy bonito. Pero Funxplosion era un proyecto de transición, pues ya me venía rondando un poco la idea de montar una banda con cantante. Llevaba ya mucho tiempo haciendo música instrumental y estaba un poco cansado. Gonzalo, el batería, tuvo que dejar Funxplosion porque tenía mucho trabajo con Marlango.
¿Marlango? Ah, bueno, estaría de músico de apoyo.
Carlo Coupé: Todos los que se dedican a la música independiente, tienen que trabajar, por lo general, en varias bandas para poder sobrevivir. Es muy complicado. Gonzalo empezó a trabajar con Marlango (y sigue con ellos) y tuve que reestructurar la banda, coincidiendo con un bolo en Bilbao que quedaba por hacer. Javi Skunk, el batería de Celofunk, fue al primero en entrar en la nueva formación. Me lo recomendó Miguel A. Sutil. Fui a hablar con él, probamos y me gustó muchísimo como tocaba. Luego llamé a Santi “Sweetfingers” Martín, también de Celofunk. Héctor me hizo el favor de tocar en aquel concierto y, después de dejarlo definitivamente, llamé a José Ángel Herranz para que ocupara su lugar. Después de dudarlo, por fin aceptó. Al final estaba trabajando con la base rítmica de Celofunk... Pero yo insistía en mi idea de hacer una banda con cantante. Así que me puse en contacto con Susa, también de Celofunk. En un principio el proyecto lo iba a llamar Susa & The Vandals. De hecho existe una galleta para un single de Susa & The Vandals que nunca llegó a grabarse y que diseñó el propio guitarrista, José, que es diseñador gráfico…
Entonces, ¿tenías pensado que fuera un proyecto con la figura de vocalista en primer plano?
Carlo Coupé: Sí, sí, porque hoy por hoy, aunque componga los temas, produzca, invente los proyectos, me gusta estar un poco más atrás. No sé si es que me voy haciendo viejo y no me gusta ser la cabeza visible. Me gusta más la trastienda… En un principio quería que el grupo se llamara The Vandals, pero había un grupo de punk rock americano, que se llamaba así y entonces decidí cambiarlo. Susa dijo que no por problemas políticos con Celofunk, porque iba a sentar mal que se metiera en un proyecto más (cantaba también ya en una banda que se llamaba Stormy, donde hacían clásicos de jazz-funk, y tal…). Fue entonces cuando salió el nombre de Mayka, a quien yo no conocía (aunque Gonzalo ya me había hablado de ella tiempo atrás). Fui a verla a El Junco, ya que iba a actuar con un grupo que tenía de acid-jazz...
Ella hacía versiones, ¿no?
Carlo Coupé: Así es. A mí me gustó mucho, entonces la llamé y así fue como monté la banda, decidiendo llamarla por fin The Sweet Vandals. Empecé a componer las canciones para el grupo y empezamos a trabajar. Así fue la cosa…
¿Ahí erais la formación que grabó el disco?
Carlo Coupé: Sí. Y, como sabes, después de grabar el disco, dejé The Sweet Vandals. También es verdad que me apetecía hacer otro tipo de proyecto… Me apetecía hacer algo más soul que The Sweet Vandals, que es el más cavernícola de los conceptos de funk posibles. Yo quería hacer algo más sofisticado, arreglar de verdad, por fin contar con instrumentos de orquesta reales, y hacer algo más elaborado… Y he encontrado al cantante de mi vida, que es Glenn Anthony Henry, el artista también llamado Aqeel…
Anda, ¿es Aqeel?
Carlo Coupé: Ha hecho muchísimas cosas y ahora este proyecto lo estamos haciendo conjuntamente. He acertado al trabajar con él. Yo le entrego un tema instrumental, completamente estructurado y arreglado, se lo entrego grabado en una maqueta y él monta encima la voz y la letra. Hay veces que también le sugiero melodías que él muchas veces tiene en cuenta, otras veces no, para la voz. Es un método de trabajo perfecto, muy cómodo… Yo produzco el disco y él al final viene y mete la voz. Él está muy interesado por el proceso, pero yo tengo plena libertad. Yo no admito intromisiones en mi trabajo... En el disco de The Sweet Vandals, yo coloqué los micrófonos, yo puse los cables, lo hice con mi equipo y luego lo mezclé solo, en mi casa... Luego hay mil críticas por parte de los músicos, siempre hay un músico que “se oye muy bajo en tal canción”…
Eso es inevitable.
Carlo Coupé: Así es. Pero vamos… Yo trabajo a mi manera o no lo hago. Además, el concepto de grupo como tal a mí no me gusta, ni trabajo cómodo… Por eso ahora estoy trabajando a mi manera con Glenn. El primer single sale ya, es la versión para radio, la versión edit de Hope, y con la versión larga de la misma canción por la cara B. Es la misma canción pero en dos versiones.
¿Sale en Unique Records, no?
Carlo Coupé: Sí, sale en Unique Records, también con licencia de Funkorama Records. Digamos que el máster es propiedad de Funkorama Records. Una vez que acabe el periodo de explotación de Unique Records, el disco vuelve a ser mío, ya para siempre. Es lo mismo que pasa con el disco de The Sweet Vandals. El siguiente single saldrá en noviembre o diciembre, será Relax and Love, en versión vocal e instrumental porque ha quedado preciosa la versión instrumental con los violines y tal. Ese es el segundo single… El álbum lo terminamos de grabar en septiembre-octubre (saldrá en enero), la banda la montamos antes de que acabe el año y va a estar muy bien. Además he podido contar con lo mejor de cada casa porque tengo miembros de Speak Low, de The Sweet Vandals y de Funxplosion. Además, me ilusiona mucho hacer de director, pues es un concepto más a lo Marvin Gaye y requiere un director de orquesta, por así decirlo...
¿Es una orquesta muy amplia?
Carlo Coupé: Bueno, hasta donde se pueda, para que se pueda mover y aún así va a ser algo complicado. No podemos llevar violines en directo, en primer lugar por problemas de presupuesto, y en segundo lugar porque en directo sonarían horriblemente mal…
Y porque hay muy pocas salas que tengan el escenario adecuado.
Carlo Coupé: Para que quepa tanta gente también. Pero sí seremos el grupo base ocho o nueve personas…
Aún así, es un grupo amplio.
Carlo Coupé: Sí, porque vamos yo como teclista, vientos, guitarra, bajo, batería, percusión, que es fundamental también, que va a ser David, el Indio, el percusionista de Speak Low…
Me gusta mucho ese batería, me parece tremendo. De Speak Low, de lo mejor me parece la batería.
Carlo Coupé: Sin embargo Antonio Pax, que es el batería que ha grabado los primeros cuatro temas del disco, no va a poder hacer los directos, ya que ahora está en Kathmandú. Está trabajando allí como profesor de música en la India, y posiblemente se quede un año más. La segunda parte del disco la hará Gonzalo, el antiguo batería de Funxplosion, que es otro maravilloso batería. Héctor, también de Funxplosion, grabó la guitarra de la primera parte del álbum y la segunda parte la hará José Funko de Speak Low. Santi de The Sweet Vandals es el bajista del proyecto, y en los metales he contado con Martín, el saxofonista de Speak Low y con su hermano Josué como trompetista. Ellos son como sección de metales lo mejor que hay ahora mismo, lo que pasa es que con ellos no se puede contar para directo porque tienen mucho trabajo, porque trabajan con mucha gente, fundamentalmente con Muchachito Bombo Infierno.
¿Sí?
Carlo Coupé: Luego… Yo a los teclados, y por último, Glenn. No sabemos si a lo mejor luego llevamos alguien de coro. Ya veremos… Pero si la cosa va funcionando y el presupuesto va subiendo, la banda irá creciendo, está claro.
¿Y cómo surgió el proyecto, tú contactaste con él?
Carlo Coupé: Sí, se lo propuse yo a él. La verdad es que le apeteció mucho. Él es un cantante de soul de verdad, aunque haya hecho hip&soul, hip-hop, de todo... Pero él es un cantante de soul y, además, formado en la escuela clásica de soul.
¿Qué le atrajo, volver a cantar soul?
Carlo Coupé: Poder volver a sus raíces, y hacer algo al estilo clásico, a la antigua y hacerlo bien. Además cuando empezamos a trabajar, hubo química y el proyecto funcionaba perfectamente. Ahora está entusiasmado, como lo estoy yo. Estamos los dos muy ilusionados y la compañía también… Hope se va a presentar en la radio, a ver que tal funciona en las listas alemanas, en principio en Alemania y ya veremos… Pero, vamos, por ahí van los tiros básicamente.
Y con respecto al primer disco que recuerdas de Otis Redding...
Carlo Coupé: No me ha marcado especialmente Otis Redding. No… Para mucha gente, Otis Redding es el no va más. A mí me gustaba mucho cuando tenía 16 años pero hoy es un cantante, es un artista al que le tengo mucho respeto, pero no es… No es mi músico de cabecera, ni mucho menos. Además, se ha oído ya mucha música negra desde aquel entonces. Gracias al mundo mod me metí en el coleccionismo. Es así como empiezas a descubrir música, vas a las fiestas, a las concentraciones y ves pinchadiscos que ponen música que no conoces, preguntas qué es eso, te vas interesando, vas comprado cosas más raras. Vas conociendo un mundo apasionante… Para mí James Brown y Marvin Gaye han sido, yo creo, mis dos referencias en el funk y en el soul, obviamente. Porque, además, son prácticamente los padres de ambos estilos, tal y como se desarrollan con posterioridad. Pero admiro también a otra mucha gente, me apasiona también la figura del compositor, productor y arreglista, que se ha perdido prácticamente. Yo creo que estoy, más o menos, en ese cajón, aunque sin poderme comparar, por supuesto, a todos mis ídolos. Pero vamos, sí es cierto que formo parte de esa estirpe. Y hay muchos…
¿Tienes referentes particulares?
Carlo Coupé: Como compositor y arreglista siempre he sentido una devoción especial por Burt Bacharach. Toda mi vida, siempre... Además compuso grandes clásicos del soul de los sesenta (Tommy Hunt, Chuck Jackson...), canciones que para mí fueron imprescindibles durante mi periodo de adolescencia. Gente como Barry White o Leroy Hutson... Leroy Hutson es unos de los artistas que más admiro. Su primer éxito es The Ghetto, la canción de Donny Hathaway, que la compone junto a él, está muy metido en la escena de Chicago y luego empieza a trabajar en Curtom, en el sello de Curtis Mayfield, como compositor, multi-instrumentista, productor, arreglista, con The Natural Four, con otros cantantes, con The Impressions, una vez que se marchó Curtis Mayfield… Para mí lo tiene todo y, además, lo más importante, es un maravilloso cantante. Hutson para mí es un ídolo, realmente... Bueno, para mucha gente que ama el modern soul es un personaje de referencia. De hecho, una de mis canciones favoritas es suya: Lucky fellow.
¿Y contemporáneos?, ¿hay alguna figura que te interese o que creas que está siguiendo esa línea?
Carlo Coupé: No, la verdad es que no. Gente que haga soul en la manera que a mí me gusta, no...
Me refiero en general.
Carlo Coupé: De música negra en general, no, no conozco a ningún compositor, productor, a un personaje que tenga esa obsesión por controlarlo todo. No, vamos, yo no lo conozco. Sí, bueno, hay productores que sí me gustan como trabajan…
Por ejemplo, productores interesantes.
Carlo Coupé: Hombre, Bosco Mann, de Daptone Records (magnífico compositor por cierto). Él es el productor de Sharon Jones, de Sugarman Three, etcétera. Es una referencia actual. Tiene un sonido muy especial y que me gusta mucho, una referencia. Hay otros más, desde Didier Selin, el guitarrista y productor de los The Soul Investigators hasta, no sé, Keb Darge, que produjo el primer maravilloso disco de los The New Mastersounds (lo que han hecho después me aburre soberanamente en directo y en disco). Aunque Keb Darge es productor en el sentido contemporáneo. Digamos que este tipo de productor es el que le dice al técnico que busque determinado tipo de sonido y que pone la pasta para producir, pero no es productor en el sentido antiguo.
¿Has hablado con alguno, habéis comentado…?
Carlo Coupé: No los conozco. Vamos, a Bosco Mann lo conozco de haberlo saludado en un concierto de Sharon Jones. Pero, vamos, no he hablado de temas de producción con él nunca. Pero si ha caído en mis manos alguna entrevista, pues sí que la leo para saber qué opina, qué cacharros usa y todo lo demás, pero no para hacer espionaje, ni mucho menos, que yo estoy muy contento con mi sonido, con mi maquinaria. Pero, vamos, sí es cierto que siempre permanezco atento a lo que se dice por ahí. Con Didier hablé en Wiesbaden, es un tipo muy reservado y no le saqué demasiada información con respecto a “su” sonido. Lo que sí que me gusta de la escena retro funk moderna es que ha reinventado una manera de producir. Por ejemplo, hay sellos que graban con un 4 pistas de cassette, uno de aquellos cacharros de finales de los setenta, principios de los ochenta. Yo, de hecho, empecé grabando con uno parecido en Funkorama Records (ahora no, utilizo un ocho pistas de media pulgada). Es un aparato muy rudimentario pero muy agradecido. Todos los grupos han reivindicado la cinta analógica. Luego el proceso final varía, porque The New Mastersounds, por ejemplo, las mezclas las hacen en ordenador, craso error desde mi punto de vista. Luego, también, conozco a mucha gente que la mezcla definitiva la graba en ordenador, craso error también. Yo todo el proceso lo hago en cinta. La mayoría han conseguido un sonido especial, crudo y caliente (más o menos crudo y caliente, dependiendo de la digitalización que tenga el proceso de por medio). Pero si quieren un sonido auténticamente analógico y un sonido auténticamente clásico y bonito, necesitan dos pasos de cinta. Es mi manera de verlo. Se necesita la grabación por pistas en cinta y luego la mezcla en un cuarto de pulgada. La gente del funk de ahora reivindica la cinta, los DJs el vinilo... E incluso algunos reivindican la cassette, que es algo que a mí me parece necesario… Es un soporte que evolucionó a lo largo de varias décadas, que se llegó a perfeccionar muchísimo. Con una pletina de calidad y una cinta cassette de calidad puedes conseguir una grabación de una calidad asombrosa, si tienes el equipo necesario para hacerlo. Lo que pasa es que cayó en desuso. Yo, de hecho, ahora, hace poco me compré 300 cassettes vírgenes (de las últimas que TDK fabricó en dióxido de cromo; fue muy difícil encontrarlas). Para mí el cassette es tecnología punta. O sea, llegó a un límite de perfección increíble. Tú te pillas una Nakamichi Dragon (o sea, un grabador de cassette que en los ochenta costaba un millón de pesetas, que ahora te puedes encontrar por cuatrocientos o quinientos euros), incluso algún modelo más barato de Nakamichi que se puede conseguir por doscientos euros, alguna pletina americana o japonesa de finales de los setenta principios de los ochenta, de gran calidad, bien revisada, bien ajustada y grabas en una cinta de dióxido de cromo o de metal y consigues una calidad de sonido increíble. Lo que pasa es que habitualmente todo el mundo tenía en casa una pletina de mierda y se grababa en cintas de las más baratas, que tenían un soplo horroroso. Aquellas cintas las ponías en el coche ocho veces y la rebobinabas con el bolígrafo y luego ya había que tirarlas. Para mí, la cassette alcanzó una mayor calidad de sonido que la cosa digital. Lo único que hemos conseguido es pasar de los 12, a los 16 y a los 24 bits, y nada más. ¿Y suenan mejor, verdaderamente mejor los 24 que los 16 bits o que los 12? A mí me gustan más las reverbs de la primera época digital, las primeras Lexicon, EMT, Dynacord o Ursa Major, que son de 12 o 16 bits, que las reverbs de ahora.
Y lo de la cassette aún así está difícil.
Carlo Coupé: No, porque no hay mercado…
Porque el vinilo tiene ese encanto del tamaño, del diseño en grande que no tiene la cassette, y todavía está más reciente su desaparición, todavía no ha dado tiempo a que se eche de menos.
Carlo Coupé: No, pero el vinilo posiblemente vuelva…
No, si yo creo que el vinilo ya está volviendo. Ha vuelto.
Carlo Coupé: No, pero a un nivel mucho más masivo. Es el mejor método para combatir la piratería (aunque haya ya grabadoras domésticas de vinilo. Vestax ha fabricado una que utiliza discos vírgenes. Cuesta el cacharro un millón de pelas o así. Aunque la tecnología debe ser una mierda pinchada en un palo).
En la Fnac ya tienen sección de vinilos, ya es un mínimo comienzo.
Carlo Coupé: Aquí, en España, es el principio, pero ya en Inglaterra, HMV o la Fnac tienen una sección de vinilo increíblemente grande. Lo que pasa es que hoy sólo se publican cosas muy de coleccionista, o de mucho éxito. Los términos medios no tienen acceso al vinilo. Pero en el futuro lo tendrán otra vez. Y hay que hacer justicia. Gracias a los DJs comerciales, muchos de ellos pinchan en vinilo, se ha mantenido el soporte, porque hubo una época crítica, la época en la que el CD eclosionó a principios de los ochenta. Empezó publicando sólo música clásica y cosas así, muy de audiófilo, pero cuando entró masivamente en el mercado, el vinilo cayó en picado, desapareció, ya se dejó de fabricar en la primera mitad de los ochenta. En aquella época, podía había haberse perdido para siempre el vinilo. Y afortunadamente, no sucedió… Y fue también porque muchos seguían pinchando en vinilo, y la gente utiliza el vinilo para hacer scratches, o esas cosas.
Menos mal.
Carlo Coupé: Pues sí. Salvo cosas que salgan ahora que me interesen mucho, la mayoría de los discos que compro son antiguos y originales, fueron grabados en cinta y de la cinta fueron pasados al vinilo. En las reediciones de ahora el máster se hace en CD. Tu coges el What’s going on, de Marvin Gaye, en la edición original y coges el What’s going on en la reedición actual, y es que no tiene nada que ver. Es preferible, además, yo le recomiendo a la gente, que si alguien quiere comprar alguno de esos discos en vinilo y no quiere gastarse la pasta en la edición original, procure buscar una reedición antigua. En el primer año de What’s going on se hicieron varias ediciones. Pero, es preferible que la gente busque hasta una reedición de principios de los ochenta. Ese disco se publicó muchísimas veces en Alemania, en Inglaterra, y puedes encontrarlo incluso más barato que la reedición de ahora y va a sonar infinitamente mejor, porque está sacado de la cinta original y no está pasado a CD, ni retocado por un manazas para que tenga más pegada, más graves y agudos.
¿Tú empezaste ya a coleccionar a los 14 ó 15 años o ya más tarde?
Carlo Coupé: A coleccionar discos, desde muy pronto. Sí, la etapa gorda en la que empecé a comprar muchos muchos discos fue cuando empecé a trabajar en la radio muy joven y empecé a ganar mi primer sueldo, pues entonces me gastaba prácticamente todo en discos (lo que hemos hecho todos). Entonces estaba muy metido en el soul 60’s, el northern soul. Y compraba todo lo que caía en mis manos. Pero no compraba originales, no tenía acceso a ellos. El coleccionismo en serio es algo más adulto, ya cuando estás más en el ajo, conoces a dealers, que te engañan, porque te cobran unos precios muy superiores a los reales… Gracias a ebay, la cosa está mucho mejor, ahora puedes comprar discos mucho más baratos, de los que los compras en tiendas o a dealers.
¿Pero era ya aquí en Madrid...?
Carlo Coupé: Empecé a comprar discos originales a amigos, en ferias, en tiendas, bueno, aquí en el Metralleta sin ir más lejos, puedes encontrar originales americanos, te puedes encontrar una edición española también, no tiene porque ser una primera edición americana, depende de lo fetichista que seas. Pero, hoy por hoy, sólo pincho, cuando pincho, primeras ediciones americanas. Valoro mucho al DJ coleccionista porque tiene el valor de investigar, de buscar la música no publicada, de asombrar a la gente. Lo que pinchan los DJs generalistas está al alcance de todo el mundo. Luego, también muchas veces, tú descubres un tema por el que pagas un dineral y no estás enterado de que se ha reeditado. Y antes que tú lo pincha otro DJ menos escrupuloso. Esas cosas pasan. Pero, vamos… No me interesa el pinchadiscos garbancero, o el que lleva los emepetreses o los cedés tostados con las compilaciones hechas en su propia casa y va con la maletita de cedeses... Para mí el pinchadiscos, tal y como yo lo entiendo, merece muchísimo respeto, por su labor de investigación, por su labor de culturización, en cierta medida también… Yo le debo a muchos pinchadiscos haber descubierto maravillosas canciones que han sido importantísimas en mi vida, y que si no las hubiera visto y oído pinchadas por tal o por cual, no me hubieran dicho esta canción es ésta, pues no las hubiera descubierto jamás.
¿Pero crees que eso ahora se valora?
Carlo Coupé: No lo valora nadie. Eso se valora, única y exclusivamente, en soul weekenders, en el Soul 4 Real, en el S.O.U.L., en cuatro encuentros que hay de coleccionistas y aficionados… La parroquia es la única que valora eso… Es muy bonito cuando cualquier persona se acerca y te pregunta qué canción es la que estás poniendo y no la conoce, pero es demoledor también cuando alguien viene y te dice que si puedes poner algo de música negra, cuando llevas pinchando 3 horas, todo música negra, pero además, más negra no puede ser, a lo mejor no hay ningún blanco tocando en ninguno de los discos…
Hasta la cinta es negra.
Carlo Coupé: Por favor, ¿me puedes poner a Gloria Gaynor? O, por favor, ¿me puedes poner a Jamiroquai? O sea, ese tipo de cosas… Eso es demoledor. Yo, por eso, también pincho muy poco, pincho solamente en los sitios que me gustan, con la gente que me llevo bien, y aún así, te llevas sorpresas muy desagradables. Una vez pinché en una discoteca de Alicante en la que empezaron a entrar farloperos y bakalas… Estaba yo pinchando funk, aquel día no estaba pinchando ni soul. Y me paraban el vinilo con la mano. Y peleándome con ellos. Fue horrible. Esa fue una de las peores noches de mi vida, pese a que me invitaron unos maravillosos amigos a pinchar allí… Luego, ha habido noches gloriosas, ha habido sesiones… Cuando pincho con Jadd… Casi siempre cuando pinchamos los dos en Marula Café juntos, es una maravilla. Somos muy buenos amigos, además, cuando pinchas funk, siempre es muy fácil hacer bailar la gente entre comillas, pero cuando pinchas soul, es mucho más difícil, es más complicado. Entonces, cuando pinchas modern, 70’s, incluso primeros 80’s, es complicado que la gente baile. Pero, Jadd es un maestro –para eso es el mejor pinchadiscos de música negra de este país y uno de los grandes en el mundo-, cuando pinchas con él, siempre sale bien. Otra de las mejores sesiones que he podido yo vivir, en mi vida, fue la noche que pinchamos Henry Storch, Sutil y yo aquí en Kathmandú, en Madrid. Ha sido la única vez que lo hemos hecho de momento, y lo vamos a hacer trimestralmente. Pero vamos, fue una noche increíble, increíble, increíble… Y estuvimos pinchando soul, casi todo el rato. Sutil pinchó más electro-soul y Henry Storch y yo pusimos modern orgánico. Y la verdad es que fue una noche perfecta, un llenazo increíble, todo el mundo sudando, bailando, memorable… Espero que se repita muchas veces.
No pensaba yo que Henry tuviera aquí tirón.
Carlo Coupé: Henry Storch está a nivel top. Curiosamente, vinieron muchísimos alemanes, que no eran amigos suyos, no sé cómo se enteraron, tampoco hicimos una gran publicidad del tema. Pero vino mucha gente. Yo creo que también era una noche muy apetecible porque eran tres pinchadiscos, bastante diferentes entre sí, y estaba muy bien. Henry Storch es un top. Aquí en España ha actuado sólo en cosas muy minoritarias, en festivales, en Barcelona, algún festival en el norte, pero, no en clubes de Madrid. Pero, vamos, Sutil y yo quisimos que viniera a pinchar y montar estas fiestas, y la verdad es que es una gran idea.
Volviendo a tu faceta de músico, ¿cómo empezaste a dedicarte profesionalmente, cuál fue el primer paso? ¿Penélope y Carlo fue tu primer disco?
Carlo Coupé: Profesionalmente no me he terminado de dedicar nunca, porque yo no soy un mercenario, como lo son la mayoría de los que se dedican a la música exclusivamente. Yo sólo puedo trabajar en aquello que me gusta, y vivir de la música es muy difícil. Entonces, yo he trabajado muchos años como periodista, como escritor, como locutor de radio, etcétera, y esa ha sido mi fuente de ingresos primordial. Afortunadamente lo he podido hacer en plan freelance y, controlándome los horarios, puedo conjugarlo con mi trabajo musical. Pero aquí para vivir de la música, tienes que ser un mercenario, hacer cosas que no te gustan, y yo de eso paso. Además, eso de tocar en varios grupos de diferente calaña... Yo me dedico en cuerpo y alma a una sola cosa, y además me gusta controlarla entera, por tanto da mucho más trabajo que el que ensaya y toca sin más. Empezando a trabajar a nivel de grabar discos y a tener cierta repercusión Penélope y Carlo fue lo primero. Y fue lo primero de una manera fortuita, no buscada además, porque habíamos grabado unas cosas en casa, mi mujer y yo –vamos, la anécdota es conocida-, y estas cayeron, a través de un amigo, en el despacho de Carlos Galán de Subterfuge Records. En aquella época Carlos estaba intentando montar lo de Guateque Sideral. Hasta entonces sólo había sacado, creo recordar, el disco de Jesús Franco y el primero de Mastretta, y yo le venía muy bien para engrosar catálogo y para tener un baluarte de lo del Guateque. Y la verdad es que a partir de ahí se me abrieron muchas puertas, conocí a mucha gente muy interesante, hice muy buenos amigos y me metí muy dentro del negocio. En el negocio, no sólo en la parte artística, sino también en el negocio discográfico.
Pero antes de Penélope y Carlo, ¿no hubo ningún otro proyecto?
Carlo Coupé: Bueno, sí, tuve varios proyectos “infantiles” sin repercusión…
Me refiero con algún sello con algún proyecto…
Carlo Coupé: No, no, nada publicado. Yo me pegué muchos años en los que no tuve ningún contacto con la música a nivel artístico. A nivel periodístico, siempre, pero a nivel artístico no. Durante mucho tiempo incluso dejé de tocar, no tenía ni un triste teclado en casa para tocar. Pero luego ya sí, otra vez comencé a comprar cacharros y a trabajar. Pero es un periodo inmediatamente anterior a Penélope y Carlo.
Ah, vale… ¿Pero no tenías intención de empezar una carrera musical?
Carlo Coupé: No, no, para nada. Y sí, desde del principio me produje todos mis discos, eso ya me predestinó un poco también a interesarme por el tema de la producción. Sobre todo, porque siempre quería que sonaran de otra manera a como sonaban. Y de ahí te pones a investigar para intentar encontrar ese sonido que buscas.
Pues a mí los dos de Estéreo espectacular y Mis balas llevan tu nombre me parecen tremendos. Para mí, Mis balas llevan tu nombre es el que más me gusta, directamente. Hombre, es que son tan distintos que tampoco sé si me gusta más The Sweet Vandals, o me gusta más… Pero ese disco me parece… Me gusta mucho.
Carlo Coupé: De Mis balas llevan tu nombre, la verdad es que estoy orgulloso. Yo creo que es un gran disco.
¿Cómo se te ocurrió?
Carlo Coupé: Fue idea de un amigo mío y yo. Un día que estábamos en Chicote, tomándonos ahí un par de martinis. Carlos Rocamora y yo estábamos aquella tarde hablando de por qué no hacíamos una banda sonora. Carlos inventó un medio-guión -él es guionista de televisión, conoce muy bien ese lenguaje- y decidimos hacerlo. Luego Mario Feal le puso imagen a los carteles, a los afiches y todas esas cosas y ya estaba el invento hecho. Es muy curioso, llegó a picar alguien.
Yo durante cinco segundos estuve dudando, pero pensé, a ver, si fuera verdad, qué edad tendría entonces Carlo Coupé, ah, vale, entonces no puede ser…Es que está muy bien hecho. Pero luego hay un momento más en el que el nombre que pusiste de director es el pseudónimo que siempre utiliza, y entonces ya confirmé que no podía ser.
Carlo Coupé: Pues un ilustre crítico de una famosa revista de cine picó. Afortunadamente puso el disco por las nubes, dijo que era algo así como una obra maestra. Es una exageración. Pero vamos, que sí…
¿Pero lo puso en la sección de bandas sonoras?
Carlo Coupé: Sí, de bandas sonoras…
Madre mía, la verdad es que musicalmente da le pego.
Carlo Coupé: Es que está hecho para eso. Lo que pasa es que, si no lees la nota de prensa, el disco cae en tus manos y no estás muy metido en el rollo, en la música pop de aquel momento y lo que hacíamos en aquel entonces cuatro locos, dices “esto no es de ahora”…
Sobre todo por el sonido, el tipo de composiciones y que pega que puede ser de… Anda lo que acabo de descubrir.
Carlo Coupé: Sí, en ese disco hay, de todas maneras, todavía electrónica. Todas las cuerdas son de librería de sampler. No tuvimos presupuesto para pagar a violinistas de verdad. Cuando me he arruinado ha sido ahora grabando violines, en el disco de Glenn Anthony Henry, ahora sí. Es muy bonito, además, trabajar a este nivel, preparar la partitura y dirigir, es muy emocionante.
¿Dónde grabaste los violines?
Carlo Coupé: En mi casa.
¿Quiénes son? ¿Los conociste en algún grupo?
Carlo Coupé: No, son violinistas de grado medio de conservatorio y hubo que repetir bastante porque era la primera vez que hacían algo así…
Pero si son de grado medio ya han tocado bastante.
Carlo Coupé: Sí, pero el nivel que hay aquí no es el nivel que hay en Centroeuropa. Tres chicas muy jovencitas y su profesor.
Siempre veo que te interesa cambiar. Cuando estás con un proyecto, pienso que ya estás imaginando el siguiente, además bastante diferentes entre sí, no sólo en sonido si no también el concepto diferente…
Carlo Coupé: Sí, me aburro con mucha facilidad de las cosas. Siempre hay una línea clara, por ejemplo, en el disco de Glenn Anthony Henry lo que llevamos grabado hasta el momento, Hope, es una canción de funk a lo bestia, que puede entrar un poco en el estilo de lo que vengo haciendo desde Funxplosion hasta ahora. Otra cosa ya es Relax in Love, eso ya marca un concepto mucho más de soul sofisticado. Lo que sí me aburre de todas maneras, es el trabajo rutinario de grupo. En algunos de los últimos conciertos de los The Sweet Vandals me he aburrido como una ostra. Además, el método de trabajo de The Sweet Vandals, un poco impuesto también por el grupo, en general, era de mucho mucho ensayar y mucho mucho tocar. Entonces, cuando las canciones las has tocado 800 veces, las has ensayado 1000 veces, estás harto. Además, a mí lo que me gusta es la parte creativa, encerrarme en casa a componer, a montar canciones y me gusta grabarlas y luego producirlas, probar con esta reverb, este eco, esta ecualización… O sea, todo lo que es inventar… Pero la parte funcionarial del grupo la aborrezco y, recuerdo algunos conciertos verdaderamente deprimentes (otros, por supuesto, memorables). Ellos tienen otra manera de verlo, porque son músicos de directo y tocan música en directo y es su manera de vivirlo y su política, pero yo no pertenezco a ese mundo…
Aún así, ahora The Sweet Vandals que estás más o menos, desvinculado no sé si totalmente o momentáneamente…
Carlo Coupé: Parece difícil que volvamos a colaborar en un futuro.
¿Pero lo sientes todavía como una criatura tuya que aunque ahora esté evolucionando un poco más?
Carlo Coupé: Hombre, sí, claro que sí, por lo menos el disco es una criatura mía. Y en más medida que de ningún otro componente del grupo. Ahora ya no, ya no es una criatura mía, la criatura está tomando su camino, está buscando su futuro, está trabajando, está componiendo sus canciones, se ha autoproducido su primer single, que ya salió hace meses… Y el segundo álbum lo van a grabar en breve. Ellos ya han tomado su camino, yo ya no tengo nada que ver con la movida. Pero sí, hombre, el proyecto original hasta donde llega el álbum, obviamente es mío, entonces lo siento como mío. Hasta el punto de que fueron estos componentes y no otros pues porque yo los escogí… Y gran parte de las canciones, a excepción de una del disco y la versión de James Brown, son mías, y si no, completamente, en un porcentaje muy elevado.
Y también la decisión de la elección del tema de James Brown.
Carlo Coupé: Bueno, esa elección de versión en concreto creo que fue idea de Mayka, que adoraba la versión en vivo de Otis Redding. La de What’s going on, por supuesto que sí, esa sí fue una decisión mía. Además, la veníamos tocando en versión instrumental Funxplosion. Fue muy sencillo, sólo hubo que añadir la voz. La versión grabada es de lo más me emociona de The Sweet Vandals. Ahora va a salir en un recopilatorio de soul, de un sello, creo que inglés. Hemos tocado varios temas de James Brown: Papa’s got a brand new bag, Give it up... y Mind Power. El Runaway people de Dyke & the Blazers, que sigue siendo uno de los himnos en sus conciertos, se lo di a conocer yo a ellos. Lo montamos y salió muy bien, y ahora ha salido de cara B de su primer single sin mí.
Quería preguntarte por Funkorama Records, ¿cuáles son tus objetivos? Porque veo que ahora has editado ya unas cuantas referencias en Unique Records. Es verdad que Unique Records tiene más distribución, te da más repercusión.
Carlo Coupé: Funkorama Records, ahora mismo, está trabajando como productora, más que como sello discográfico que publica periódicamente varias referencias. Pero yo me lo planteé en un principio como sello. En este momento, Funkorama Records no está ni mucho menos muerto, lo que pasa, por ejemplo, es que The Sweet Vandals es ahora mismo un grupo de Unique Records y Speak Low…
De todas formas, el primer disco de The Sweet Vandals volverá ser de Funkorama Records, y entonces lo podrás editar cuando te apetezca.
Carlo Coupé: Efectivamente, el primero sí volverá a ser mío, y los dos singles publicados también, con sus respectivas caras B, que no aparecen en el álbum. Speak Low lo tienen difícil, porque, lamentablemente, Pax está fuera de España. Es una banda complicada… Y luego además, tienen un single con Lovemonk, han sacado el álbum con Acid Jazz, y no hemos conseguido llegar a un acuerdo de grabar un álbum, que era lo que yo hubiera querido hacer, a mí manera… De momento no he encontrado otro grupo, que bajo mi punto de vista, merezca grabar en Funkorama Records. Hay mucha banda muy buena, pero ni el estilo ni el sonido me encajan dentro de Funkorama Records.
Porque quieres que Funkorama Records tenga un sonido, que alguien que escucha Funkorama Records ya sepa lo que le espera.
Carlo Coupé: Es mi obsesión, el estilo, ya te digo. Y es el estilo al nivel de la propia música que se graba y de la propia manera de grabarla. Yo recibo maquetas de Rusia, de Los Países Bajos, de Japón, o sea, me mandan grupos de todo el mundo, algunos de ellos muy buenos, me mandan maquetas, pero no puedo publicar nada de eso, porque no encaja. Y aún así, en el caso de que encajara, tampoco me puedo ir yo a grabar un disco a Japón o a Moscú. No podría hacerlo, porque es absurdo, ni la compañía tiene presupuesto para eso ni mucho menos. Es una compañía complicada, hay coleando por ahí un segundo volumen de Hard To Find, Vol. 1, que haremos…
Te iba a preguntar precisamente por eso.
Carlo Coupé: Pero lo hará Jadd, seguramente. Lo tengo prácticamente convencido. Esto es una primicia mundial.
Bien, bien está.
Carlo Coupé: Y lo hará Jadd, si consigo al final que lo haga. A él le apetece mucho, pero vamos, lo tenemos que ver y si al final se lanza…
¿Sería del mismo estilo?
Carlo Coupé: No, sería de soul…
Ya se me cae la baba.
Carlo Coupé: Y luego, pues de momento eso, como no hay grupos, en este momento, Funkorama Records va a trabajar como productora, lo cual me permite también gozar de mucha libertad. El trabajo de dar a conocer a The Sweet Vandals, por ejemplo, fue titánico, a parte del dinero que me costó porque…
Pues te ha salido muy bien, porque ahora ya The Sweet Vandals es muy conocido.
Carlo Coupé: Ahora son conocidos a nivel mundial, pero la verdad es que yo tuve que hacer muchísimos envíos promocionales de discos en vinilo, que cuestan muy caros, cuesta muy cara la publicación del disco, la fabricación. Además, yo no soy muy buen relaciones públicas. Hay mucha gente que es muy política, que tiene mucha facilidad para hacerse “amiguete” de la persona necesaria en cada momento, yo no. Intentar establecer relaciones forzadas con la gente a mí me cuesta mucho… Hasta conseguir, que Keb Darge o Snowboy se interesen por tus singles, que las distribuidoras empiecen a pedirte tu material, al principio con las reticencias necesarias, ponerte a mandar copias a todo el mundo, escribirle a todo el mundo… Son muchas cosas, son muchas noches escribiendo correos electrónicos, es mucho trabajo… Por eso cuando te digo que el álbum de The Sweet Vandals, el proyecto hasta donde llega mi trabajo, lo considero más mío que de ninguno de los otros miembros del grupo, está claro… Es que no es lo mismo…
Pero la relación con Unique es muy buena, ¿no?
Carlo Coupé: Inmejorable. Tenemos muy buenos proyectos para el futuro además, y no solamente éste... Yo pretendo ahora trabajar como productor, liberado de toda la preocupación por la fabricación, por la distribución, trabajar durante una época así, porque esto me lo permite, y luego ya veremos más adelante qué es lo que hago. Pero, vamos, si nada se tuerce, haremos tres álbumes con Glenn y yo pretendo sacar más cosas al año. Mi pretensión es hacer dos o tres álbumes al año. Eso me lo permite el hecho de estar trabajando con Unique Records.
¿Tienes así más proyectos?
Carlo Coupé: Tengo en mente proyectos similares al de Glenn y para ellos me gustaría encontrar cantantes tan buenos como él (lo cual es muy difícil). Y lo que sí me gusta mucho de Glen, además, es su vena poética como autor de letras. En un futuro es muy posible que también cuente con él como letrista de muchas canciones. Pero vamos, yo lo que pretendo es buscar cantantes, y si tienen que ser de Estados Unidos… habrá que traerlos de allí...
¿Tienes alguno en mente?
Carlo Coupé: Eso es Top Secret. Sí te puedo contar que me encantaría grabar un álbum para una chica y hacer otro álbum para un grupo vocal. Todo eso lo tengo en mente, y lo acabaré haciendo. Casi todo lo que me propongo, hasta el momento, lo he ido haciendo.
Este proyecto parece muy interesante, aunque sólo he escuchado esos dos temas.
Carlo Coupé: Unique está muy emocionado con ello, porque además a lo mejor incluso se puede licenciar en Estados Unidos. Sabemos que tenemos algo muy grande entre las manos.
¿Como compilador no tienes pensando editar algún otro álbum?
Carlo Coupé: El propio Henry Storch me dijo que si quería hacer alguna recopilación en Unique Records. Pero, hoy por hoy, no tengo suficiente número de canciones no publicadas por las que me pirre… (entretanto, un coche se golpea contra un pivote, y claro, nos distrae). Pues nada, yo creo que hemos hablado de todo. Pero, yo creo que Funkorama Records en cuanto encuentre al grupo adecuado, no tiene que porqué ser español, lo haré. Lo que pasa es que este mercado es un poco artesanal, es muy normal que la gente se autopublique las cosas, yo lo comprendo perfectamente porque soy el primero al que no le gusta que se metan en mi trabajo, que se metan en mi manera de hacer las cosas…
Es que tendría que ser un proyecto que naciera de ti, que encontraras un proyecto aquí.
Carlo Coupé: O a algún grupo al que le interese o algún artista al que le interese sonar como suenan mis producciones y publicar en Funkorama Records. Hay mucha gente, en el mundo, a juzgar por el material que recibo, pero yo todavía no he encontrado a nadie con quien hacerlo.
Muchísimas gracias.
Carlo Coupé: Mil gracias a vosotros.