
Local madrileño abierto desde Diciembre del 2004, al menos con el aspecto actual. Antes era un bar al estilo de la zona (Malasaña/Chueca), dedicado a la música comercial y a un público más joven. No obstante, desde que tomaron las riendas sus nuevos dueños, Javier Chinchilla y Carlos Santana, lo reformaron para plasmar su pasión por el jazz (y músicas afines: soul, funk, blues…).
Juntos han invertido mucho tiempo y dinero en crear un local que sea una referencia para los amantes del jazz y de la música negra en general, de los que disfruten escuchando música en directo y bailando con las sesiones de algunos de los más interesantes pinchadiscos. Claro que en eso también tiene mucho que ver el hecho de que Marcos Boricua se encargue de la programación, porque conoce bien el panorama nacional e internacional, de modo que la buena música está garantizada. Lo cierto es que, en realidad, no ha hecho sino volver a sus raíces, porque en los 60 ya fue un club dedicado al jazz, y como entonces, ahora también acoge a noctámbulos que huyen del sueño sumergiéndose en su intensa atmósfera.
Los responsables del club lo presentan así: “es ya un referente musical para la noche más melómana de la capital, dónde disfrutar con los mejores sonidos del Jazz, el Soul, el Funk y el Blues. Una forma distinta de entender la noche en un club al más puro estilo de Nueva York, Londres o Berlín. Ya en los 60 despuntaba este local que en la clandestinidad de la época ofrecía a sus fieles los mejores ritmos de la noche. Por eso los responsables de esta nueva etapa han querido recuperar la euforia musical que en la década dorada del free-jazz llenó el local de las mejores actuaciones de la ciudad”.
Uno de los elementos que destaca desde la primera visita es el diseño del interior, que se parece muy poco al del resto de clubes y que tiene más de humeante sala clásica de jazz. Esto, musicalmente, se traduce en programación diaria, con una jam de blues los domingos, una jam de jazz los martes, sesiones todas las noches hasta el cierre y, puntualmente, actuaciones de grupos de prestigio (What Out, Speak Low, Pepe Torres Quartet, The Sweet Vandals…) y pinchadiscos internacionales como Frank Popp, Paul Murphy, Eddie Piller, Florian Keller…).
En lo que respecta a los residentes, si acudes a El Junco, según el día seguramente veas a Funkwoman (nombre artístico de Susana Ruiz), DJ Floro, El Barrio DJs, Javi Skunk, DJ Maykaña (nombre artístico de Mayka Edjo), Carlito Groove o el proprio Marcos Boricua, entre otros.
Por último, otro de los aspectos más destacados del club y que lo convierten en un lugar especialmente propicio para escuchar música, es su acústica. Ellos lo explican mejor: “proyectado por y para la música, ofrece una acústica inmejorable para disfrutar de la música desde todos sus rincones. Con el nuevo proyecto arquitectónico se concibió un local abierto, de líneas simples, cuya funcionalidad invitara al disfrute de las melodías en todos sus ambientes: las dos barras, la pista de baile o el rincón para relajarse en sus sillones de diseño. Asesorados por los mejores profesionales del sonido y la arquitectura, todos los materiales que componen este escenario puramente musical están especialmente pensados para proyectar el mejor de los sonidos”.
Todo esto, unido a su horario, hacen de El Junco uno de los locales más recomendables de Madrid. De hecho, desde el 2017 integra la lista de las salas consideradas Patrimonio Cultural de Madrid.