Eduardo Mendoza

0
Eduardo Mendoza
"Su obra presenta elementos comunes: la ironía, la variedad de clases sociales y de registros lingüísticos, la mezcla de géneros narrativos, la comprensión de debilidades humanas, el desvelar los abusos de poder, la ternura por los personajes más desfavorecidos de la sociedad y la crítica a los explotadores". Comprar
amazon

Eduardo Mendoza nació en Barcelona en 1943. Estudió en un colegio religioso, especificación significativa, pues allí recibió una formación en temas bíblicos y hagiográficos, que constituían en la época unas lecturas fundamentales y que, generalmente, resultaban muy atractivas y estimulantes para los jóvenes lectores en la posguerra. Esta información nos la ofreció el propio autor hace unos veranos en un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander. Esta formación bíblica así iniciada ha dado sus frutos, sobre todo, en su novela El asombroso viaje de Pomponio flato. Terminado el bachillerato, estudió derecho. Después de ocupaciones varias, empezó a trabajar como intérprete en la ONU. Durante algunos años simultaneó este trabajo con una entrega cada vez más decidida a la literatura, entrega que se vio reconocida y que le permitiría, años después, abandonar su trabajo de traductor y cultivar la literatura de manera exclusiva

En 1975 publicó su primera novela: La verdad sobre el caso Savolta. Tuvo esta novela un éxito clamoroso, como suele decirse, gozó del favor de crítica y público. Recibió, gracias a ésta, el prestigioso Premio de la Crítica. La aparición de esta novela se da en un momento en que, como dijo Darío Villanueva se ha iniciado ya una “moderación de los experimentos”. Estos habían caracterizado las novelas de la década de los sesenta. Esta moderación no significa, en modo alguno, que algunos de estos no se consideren ya consolidados, pero redunda en beneficio de la historia, de los acontecimientos. En esta novela encontramos un completo fresco de la Barcelona de la segunda década del siglo XX, tratado con humor, que no impide mostrar el hastío, la desilusión de los protagonistas.

En 1979 se publicó El misterio de la cripta embrujada, obra con la que inicia una serie de novelas detectivescas, llenas de humor, que no impide tratar algunos de los temas que ya habían aparecido en su primera novela: el poder corruptor del dinero y el abuso de poder. Su paródico y quijotesco (por loco) detective protagonista, que se mueve como pez en el agua en los bajos fondos, sigue resolviendo casos en: El laberinto de las aceitunas (1982) y La aventura del tocador de señoras (2001). Estas obras, junto con Sin noticias de Gurb (1991) han hecho y siguen haciendo las delicias, no sólo de los adultos, sino también (ahora en menor número) de los estudiantes de Bachillerato. También ha hecho incursiones en el teatro con Restauració (1990) y Glòria, ambas en catalán pero versionadas por él mismo en castellano.

En 1986 apareció La ciudad de los prodigios, premio Ciudad de Barcelona. Ciudad que se convierte en el laberinto por el que se mueven los personajes de la mayoría de sus novelas. Le siguen: La isla Inaudita (1989), El año del diluvio (1992), Una comedia ligera (1996), El último trayecto de Horacio Dos (2002), Mauricio o las elecciones primarias (2006), El asombroso viaje de Pomponio Flato (2008), Riña de gatos. Madrid 1936 (2010) -con el que obtiene el Premio Planeta-, El enredo de la bolsa y la vida (2012), El secreto de la modelo extraviada (2015) y El rey recibe (2018).

Además de los mencionados Premio Planeta, Premio de la Crítica y Ciudad de Barcelona, Eduardo Mendoza ha recibido otros prestigiosos premios: Premio al Mejor Libro extranjero por Una comedia ligera y por el conjunto de su obra, en Paris, en 1998, en 2001, Premio “al libro del año” de los libreros de Madrid y el Premio de Novela Fundación José Manuel Lara a Mauricio o las elecciones primarias en 2006.

Los estudiosos de su obra novelística la suelen dividir en dos partes. Una la constituirían las novelas serias y otra sus novelas de humor. Más allá de esta división didáctica toda su obra presenta elementos comunes: la ironía, la variedad de clases sociales y de registros lingüísticos, la mezcla de géneros narrativos, la comprensión de debilidades humanas, el desvelar los abusos de poder, la ternura por los personajes más desfavorecidos de la sociedad y la crítica a los explotadores.

Compartir

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here