2006: Scale - Matthew Herbert

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DiscográficaStudio !K7, Accidental Records.
Edición: 30 Mayo 2006.
PaísReino Unido.
Tipo: Disco De Estudio.
Género: Pop/RockBlacktrónica.
Estilo: Nu-Pop/Rock, Nu-Jazz, Jazz-House, Jazz-Pop, Downtempo.
Característica: Soleado, Innovador, Cálido, Comprometido, Conceptual, Hipnótico, Big Band, Cinematográfico.
Idioma: Inglés.

Scale es un álbum pop, pero tan innovador, personal y original como se podía esperar del maestro Matthew Herbert, una de las figuras más importantes en lo que respecta a la electrónica experimental. Pocas veces un músico ha creado una carrera discográfica tan coherente y, al tiempo, tan variada, en constante evolución. Hasta entonces, prácticamente cada álbum de Herbert suponía un notable cambio estilístico. Esta no es una excepción: tiene muy poco que ver con su predecesor del año anterior, Plat du jour (Accidental Records).

Si su exquisita crítica a la industria alimenticia era compleja, experimental y no muy accesible, este nuevo trabajo es alegre, con maravillosas canciones pop, comprensible desde la primera escucha. Es una obra que destila optimismo y ganas de vivir, que será disfrutado incluso por aquellos a los que habitualmente se les atragante la electrónica del inglés. Es una música encantadora, que tiene el mismo efecto que ver Cantando bajo la lluvia, Un americano en París o Sonrisas y lágrimas: te entran unas irrefrenables ganas de ponerte a cantar y bailar, de exclamar que, mientras podamos escuchar música tan bella, el mundo seguirá siendo un lugar que merecerá la pena habitar. Ya el tema inicial, el espléndido y brillante Something isn’t right, da ese tono simpático y radiante que se mantiene en casi todos los cortes del álbum.

“I wanted to write an upbeat pop record, but I didn't. You can't do that when Dick Cheney is in control”. Este inteligente comentario del inglés es clave en lo que respecta al inevitable contenido político. Es un incansable luchador que no duda en expresar sus ideas a través de su música. Aunque su propósito fuera componer un álbum pop alegre (cosa que consigue), su lado político/social no descansa y también aquí utiliza como fuente sonora elementos relacionado con las cuestiones que le preocupan, como por ejemplo el ruido de una pompa extractora de petróleo, que alerta sobre el cercano fin de esta materia de la que tanto dependemos. Ese es sólo uno de los 723 objetos sampleados para la grabación del álbum (de los que 37 se ven en la portada).

Además, yo propongo la siguiente clave de lectura para Scale: considerarlo un trabajo que, en cierto modo, resume la carrera de Herbert como productor. Retoma su faceta más pop, la mostrada en Ruby blue, el álbum de Roisin Murphy que produjo; recupera la big band presente en Goodbye Swingtime (Accidental Records, 2003); insiste en su minimalista y sorprendente uso de sonidos reales para crear los ritmos, como en Plat du jour (volvemos a escuchar muchos sonidos similares); propone temas bailables, como en los remixes recopilados en el segundo disco de Secondhand Sounds (Peacefrog Records, 2002); y renueva su amor por la canción tradicional, por las melodías, hasta ahora sólo mostrado en algunos de sus primeros trabajos y en los discos de su desaparecido alias Doctor Rockit (como Indoor Fireworks).

También tiene cabida su interés por la composición de bandas sonoras, con la inclusión de varios temas que tienen mucho de música para cine y, por supuesto, sigue desarrollando su brillante fusión de jazz y electrónica, como en Around The House (Accidental Records, 1998) y Bodily Functions (Accidental Records, 2001). Este es, por tanto, un álbum en el que podemos disfrutar con todas las facetas de tan completo creador.

Antes de entrar en el estudio, Herbert y el sello Studio !K7 habilitaron un contestador en el que, quien lo deseara, podía mandar un sonido, cuya procedencia no debía ser revelada. El inglés se comprometió a utilizar esos sonidos en uno de los temas del álbum. Just once es el tema en el que ha incluido los 177 sonidos que le llegaron (aunque no hace falta decirlo, se nota enseguida). Él asegura que escuchando atentamente el tema todos pueden reconocer su aportación. Desde luego, el que puso a su hijo recién nacido al teléfono y dejó grabado su llanto sí lo reconocerá, igual que los que hicieron trampas y hablaron. Aunque lo más admirable de Just once no es que logre incluir 177 ruidos diferentes en poco más de seis minutos. Lo sorprendente es que el resultado no sea sólo una sucesión inconexa de ruidos, sino un bello tema de ambiente cinematográfico con un épico final. Este es uno de los tres cortes que yo llamo de cinemascope, tan clara es la influencia de la concepción tradicional de la banda sonora hollywoodiana.

Los otros dos son Were in love, espléndidamente orquestado, y el tremendo Down, una pieza magistral. Este último, junto a Just once, pese a ser absolutamente personales, recuerdan incluso a las composiciones de Danny Elfman para los films más góticos de Tim Burton. Scale finaliza con el breve epílogo Wrong, en el que canta el propio Herbert y que, con una letra como “something in love has gone”, parece recordar su relación con Dani Siciliano, cuya ruptura se anunció poco antes de la edición del disco. No es una obra maestra, sólo un gran álbum que te pone una enorme sonrisa.

Temas:

1. Something isn’t right. 3:45
2. The movers and the shakers. 4.15
3. Moving like a rain. 5:53
4. Harmonise. 5:39
5. Were in love. 4:43
6. Birds of a feather. 5:05
7. Those feelings. 4:23
8. Down. 6:12
9. Movie star. 4:14
10. Just once. 6:15
11. Wrong. 1.02

Duración: 51:31

Reseña Panorama
Puntuación
9
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