1997: Neither - Hr-Sinfonieorchester, Sarah Leonard y Zoltán Peskó

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Discográfica: Hat Hut Records.
Edición
: 1997.
País: Suiza.
Tipo: Disco De Estudio.
Género: Clásica, Vanguardia.
Estilo: Música De Vanguardia, Ópera, Composición Moderna, Minimalismo.
Característica: Experimental, Minimalista, Dramático, Complejo, Tensión.
Idioma: Inglés.

Esta se considera la grabación de referencia de Neither. También es la más fiel a la partitura (el director, Zoltán Peskó, no quiso ofrecer una versión excesivamente personal), la que de manera más fidedigna sigue el tempo indicado por Morton Feldman. Ahora bien, cabe recordar que esta no es precisamente una obra que dé mucha libertad al director de la orquesta, porque el compás cambia continuamente, así que hay que estar marcando el tempo constantemente.

Entrando ya en el análisis musical, lo primero que llama la atención de esta anti-ópera (u ópera no convencional, porque quizá en un futuro sí se considere como tal), es el registro sobreagudo en el que se mueve la soprano a lo largo de prácticamente toda la obra, durante la mayor parte de los 50 minutos. Es una tesitura tan exigente técnicamente que limita la comprensión del libreto de Samuel Beckett, ese peculiar poema del prestigioso dramaturgo. Este efecto se ve reforzado por la forma en que el texto se presenta: entrecortado, estirado más allá de lo que la paciencia del espectador soporta, o mediante inusuales melismas que juegan con las características fonéticas del texto, nunca con las semánticas.

De este modo, Feldman realiza una deconstrucción del texto, lo reduce a un juego sonoro, en ocasiones duplicando la línea melódica de la soprano en uno o más instrumentos, emparentándolo con la parte instrumental, integrándolo así en la creación del color de los diversos pasajes. Ese es también el modo de subrayar el absurdo del texto, la angustia que transmite. En este sentido, es interesante reseñar que esta no es una música que se apoye en un texto a la manera tradicional. No es descriptivo, ni enfatiza ni subraya, únicamente trata de transmitir la misma sensación, la particular visión de la vida de Beckett.

En lo que respecta a esta grabación en concreto, asombra, por una parte, la estricta interpretación de la Hr-Sinfonieorchester (la Radio Sinfonie Orchester Frankfurt) bajo la batuta de Zoltán Peskó, que apenas si se permite licencias, ni siquiera en los más indeterminados momentos percusivos, y la versatilidad y poderoso timbre de Sarah Leonard. Sobre esta última, el crítico Blue Gene Tyranny afirma: “ofrece una realización potente y rica en modulaciones con un gran rango de energía emocional y una técnica remarcable”. Especialmente en el angustio final, la interpretación de Sarah Leonard es, en efecto, una maravilla.

Por su parte, el crítico Tom Johnson, un año después del estreno de la obra, en Village Voice, escribió: “como buena parte de las composiciones de Feldman, Neither tiene que ver, ante todo, con densas harmonías tonales y inusuales mezclas de colores instrumentales. Aquí, en cualquier caso, el compositor trabaja con una mayor variedad de instrumentos y un mayor lapso temporal de lo habitual. Si muchas de sus piezas son pinturas al oleo, esta es un mural, y está tan repleto de actividad que no hay lugar para el silencio que juega un rol tan importante en otros trabajos de Feldman. La música fluye fácilmente de una sección a otra… Los instrumentos están interpretados de manera convencional, pero se mezclan con combinaciones no convencionales, y hay más repeticiones que en la mayor parte de obras de Feldman”.

Nótese que aquí nos reencontramos con una metáfora visual para definir la música del compositor, algo muy habitual y que en este caso parece especialmente fácil de suscribir. De hecho, una simple observación de la partitura, es decir, en una lectura a primera vista, ya permite percibir ciertas estructuras que anticipan el carácter obsesivo y repetitivo de Neither. Johnson prosigue: “entre tanto, la línea de la soprano viene y va. Es un rol extremadamente exigente… y permanece por encima de la clave todo el rato (nota: aquí se refiere al registro sobreagudo)… uno percibe la dificultad y espera que la intérprete muestre señales de cansancio mucho antes de que acabe la obra… Si otros compositores están más preocupados por hacer que su música suene fácil, y buscan las líneas melódicas más fáciles de interpretar y de escuchar, Feldman prefiere la clase de fragilidad que encuentra en el filo de lo imposible. Es arriesgada pero es una manera extremadamente efectiva de escribir música”.

Este último comentario es muy interesante, ya que remite a las primeras experimentaciones del compositor durante los 60, aquellas en los que desafiaba los límites de la música introduciendo la improvisación. Aquí todo está escrito, de modo que no deja ningún margen a la improvisación del intérprete, pero su música sigue siendo igualmente exigente, un reto constante, de modo que parece haber encontrado una forma escrita de transmitir el mismo sentimiento: una música creada como fruto del azar, sin que intervenga la mano de un compositor.

El crítico Roger Thomas, en cambio, escribió lo siguiente en Gramophone: “Neither es descrita como una ópera únicamente desde el punto de vista de su intensidad dramática; en términos convencionales, es una obra para soprano y orquesta. La pieza es minimalista en uno de los sentidos más puros de la palabra, el componente orquestal comprende fragmentos lentos, deliberadamente ponderados, que hacen un abundante uso de repeticiones (o casi repeticiones) y con restricciones melódicas…”. Así pues, tras recordar el carácter de anti-ópera, ahonda en los elementos enfatizados por los críticas anterioremente mencionados y con las que hemos coincidido en nuestro análisis: la intensidad dramática y el uso de repeticiones o lo que él llama “near-repetition”, es decir, pequeñas variaciones sobre un mismo motivo.

Eso sí, añade un término interesante para describir su música, aunque un tanto peligroso: “minimalista”. Decimos peligroso porque en absoluto se ajusta a la noción que se tiene de música minimalista, a las composiciones de Erik Satie o el contemporáneo Philip Glass (por nombrar únicamente dos de los más conocidos), pero es una descripción interesante y acertada, sobre todo porque añade una buena precisión “minimalista en uno de los sentidos más puros de la palabra”. Porque, es cierto, como bien señala el crítico A. Ruch, que comparados con la música de Feldman, los artistas habitualmente considerados como minimalistas resultan barrocos, víctimas de un enfermizo horror vacui.

Créditos:
Zoltán Peskó: Director De Orquesta.
Sarah Leonard: Voz (Soprano).
Hr-Sinfonieorchester: Orquesta.
Samuel Beckett: Libretista.

Temas:
1. opera in 1 act for soprano & orchestra. Morton Feldman. 50:25

Duración: 50:25

Reseña Panorama
Puntuación
9
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