

Morton Feldman. ROTHKO CHAPEL 9/10 |
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Discográfica: New Albion. Edición: 1991. País: Estados Unidos. Tipo: Disco De Estudio. Género: Clásica, Vanguardia. Estilo: Música De Vanguardia, Composición Moderna, Música De Cámara, Música Vocal. Característica: Experimental, Sombrío, Intimista, Espiritual, Meditación, Minimalista. |
Características de la obra:
Rothko Chapel es una obra para soprano, contralto, coro, celesta, violonchelo y percusión, compuesta en 1971. La inspiración fue la capilla homónima que Dominique y John Menil encargaron a Mark Rothko, comparable en importancia a la capilla de Rosary, en Venecia, de Henri Matisse, o a la capilla en Ronchamp, de Le Corbusier. La idea era crear un espacio, diseñado por Rothko, pensado para albergar varias de sus pinturas, catorce concretamente, también creadas expresamente para ese espacio meditativo.
El pintor colaboró con el arquitecto Philip Johnson para los planos, con Howard Barsntone y Eugene Aubry para completar la construcción y, finalmente, con Barnett Newman para la escultura The broken obelisk, dedicada al Dr. Martin Luther King, Jr. La institución funciona como capilla, museo y foro. Es un lugar para cualquier religión o creencia, gratuita y abierta al público. A partir de esta construcción, Morton Feldman creó una obra meditativa, pensada para ser escuchada por un oyente rodeado de los sonidos de la capilla, que fue donde se estrenó.
La pieza comienza con un solo del violonchelo, seguido de una segunda sección en la que introduce un coro que entona lo que puede ser un “oh”, terminando con un pizzicato del violonchelo. El tercer fragmento, a modo de interludio, propone de nuevo el sonido del coro, para dar paso, en el cuarto fragmento, a la etérea, delicada y angelical voz de la soprano, puntuada por breves apariciones del violonchelo. Ya en la quinta sección escuchamos una bella y melancólica melodía, de carácter hebraico, que Feldman compuso cuando tenía quince años y que ha encontrado un estupendo acomodo en esta obra. Aquí se presenta con un reiterativo y estricto ritmo y periódicas pero breves intervenciones (o apariciones) del coro. En definitiva, una excelente obra que ilustra sus influencias pictóricas.
Análisis de la grabación:
Esta edición que nos ocupa incluye la obra que más nos interesa, Rothko Chapel, pero también otra de sus más memorables composiciones, Why Patterns?, ambas excelentemente interpretadas y con una buena calidad de sonido, de modo que es una adquisición sumamente recomendable.
La primera obra responde con éxito a la siguiente pregunta: ¿cómo suenan los cuadros de Rothko? No es una respuesta fácil, porque las pinturas que el pintor creó para la capilla son especialmente sombrías. Si el negro ya es uno de los colores predominantes en su obra, especialmente los de su última etapa (nada sorprendente en un artista que terminaría suicidándose), algunas de las obras expuestas en este espacio son enteramente negras o muy oscuras. El autor dijo en una ocasión que la gente que lloraba al encontrarse frente a sus cuadros estaba teniendo la misma experiencia religiosa que él tuvo al pintarlos, y ese es, junto al de la meditación, uno de los objetivos para el que fue creada la capilla: incitar a la experiencia religiosa (desprovista de cualquier dogma, claro está).
Para reproducir esa experiencia y su carácter meditativo, Feldman propuso una música austera, con un parco tratamiento del ritmo y la melodía, con uso tan minimalista del color como es habitual en él. No obstante, esta es una de sus obras más contrastadas, con abruptas variaciones de pianissimo a fortissimo y con una percusión que, recordando el lugar para el que creada la pieza, incluye el sonido de una campana (como en la impactante parte final de la primera sección).
En cualquier caso, el tono del conjunto sí es sombrío y sobrecogedor, lúgubre y meditativo, intimista e introspectivo, términos estos que pueden aplicarse a buena parte de sus obras de los 70 en adelante. El crítico Blair Sanderson describe así la composición: “la música es frecuentemente escasa, especialmente en las frases para el violonchelo sin acompañamiento y los pasajes aislados de percusión. No obstante, cuando la harmonía de Feldman se encuentra en su momento de máxima densidad, como en los sostenidos bloques de acordes del coro, el efecto es misteriosamente brillante y para nada discordante”. Además, añade, a modo de conclusión: “sombría y reflectiva, es recomendable escuchar Rothko Chapel en una habitación tranquila sin distracciones”.
Esto último, aunque difícil de conseguir vista la contaminación acústica que nos rodea, especialmente a los urbanitas, es muy aconsejable. Lo interesante es, sin embargo, que incida en su aspecto altamente contrastado, es decir, el que contraponga pasajes enormemente austeros y atmósferas tranquilas con pasajes de gran fuerza, términos que, sin gran esfuerzo, podríamos reproducir en un comentario sobre un cuadro de Rothko.
Temas:
Rothko Chapel.
1. I. 9:07
2. II. 4:35
3. III. 2:57
4. IV. 4:38
5. V. 2:44
6. Why Patterns? 29:26
Duración: 53:37